La Fuerza del liderazgo comunitario: La historia de Tania Rosario-Méndez, de Taller Salud 

Recientemente tuve el placer de hablar con Tania Rosario-Méndez, Directora ejecutiva de Taller Salud, una organización feminista con 45 años de historia en Loíza, Puerto Rico, una de las zonas con la mayor población de personas afrodescendientes en la isla. Durante casi dos décadas, ha estado involucrada con Taller Salud como consultora, gerente de proyectos y ahora como Directora ejecutiva. 

“¿Así es como llegaste a ser Directora ejecutiva, eras candidata interna?” le pregunté. 

“¿Sabes que la organización casi cierra?” 

Sorprendida, respondí, “¡No!” Ella se acomodó en su silla y pronto estábamos hablando sobre liderazgo, devoción y amor. 

Taller Salud no podía cubrir sus gastos ya que un financiador les debía $100,000. La anterior Directora ejecutiva se vio en la difícil situación de despedir al personal y renunciar. Ella recomendó a la junta contratar a Tania como Directora ejecutiva.  

Tania primero habló con el personal y prometió pagarles los salarios adeudados y volver a contratarlos si era posible. Realizó una conferencia de prensa instando al público a apoyar a Taller Salud; perder la organización significaría que la comunidad perdería servicios que salvan vidas. Aumentó la junta de cuatro a nueve miembr@s, involucró a donantes, buscó financiamiento discrecional, y negoció extensiones de pago. Pidió a colegas servicios pro-bono hasta que se pagaran las deudas de la organización. 

En seis meses, obtuvo dos subvenciones locales, una federal y un porcentaje de los $100,000 adeudados. Seis meses después, pagó y recontrató a todo el personal. 

Continué, “¿A qué atribuyes tu éxito?” 

“Soy honesta. La honestidad es la diferencia entre persuasión y manipulación. Y creo profundamente en Taller Salud. Al ayudarnos, te ayudamos. Somos la medicina que no sabías que necesitabas. Lo que das se multiplica en impacto. Y tú eres afortunad@ de haber contribuido a este hermoso trabajo.” 

“¿Qué te sostuvo durante todo esto?” pregunté. 

“El primer año estuve hiper-enfocada. Quería ser responsable y pagar nuestras deudas, especialmente con nuestro personal. Caminaría sobre fuego por ell@s. Quiero que lo sepan. Trabajaron sin dinero, y quería cambiar la historia.” 

Mientras escribía rápidamente, la escuché hacer una pausa y vi sus ojos llenarse de lágrimas. Dije, “Está bien. Tómate tu tiempo.” Cuando se recompuso, pregunté, “¿Qué provocó tus emociones?” 

“El amor, es muy profundo.” Continuó, “Y luego, llegó María. Acabábamos de firmar un contrato de arrendamiento y aún nos estábamos recuperando del huracán Irma.” 

El huracán Irma destruyó edificios y cortó el suministro eléctrico a dos tercios de la isla. Dos semanas después, el huracán María golpeó, siendo el peor huracán desde 1928, causando inundaciones, contaminando el agua y llevando consigo hogares, electricidad y miles de vidas. 

“La verdad es que ningun@ de nosotr@s había vivido algo como María. Tod@s conocemos el dolor compartido y el silencio. Defender y abogar por nuestra comunidad es nuestro deber,” dijo Tania. 

“Cuarenta y ocho horas después de que María golpeara, estábamos en las calles trabajando desde nuestros autos, con nuestr@s hij@s en ellos. Sabíamos que la gente iba a morir si el gobierno no intervenía. Estoy extremadamente orgullosa de lo que hicimos. Junt@s, nuestro equipo de liderazgo respondió a esa emergencia, y continuamos junt@s. 

“Fuimos estratégic@s. Perdimos el miedo a hacer trabajo que toca toda la isla. Teníamos una visión para reconstruir.” 

“Nos enfocamos en el bienestar general del personal para no perderlos como tanta gente que se fue después del huracán. Éramos un personal de diez y al año siguiente duplicamos nuestro equipo.” 

“Nuestro liderazgo surge en una crisis. Las latinas somos ingeniosas, creativas y fuertes. Cuando hay un problema o crisis, necesitas que una latina venga y mejore las cosas.” 

“Raramente tengo tiempo para simplemente reflexionar sobre esto.” 

Con admiración, hice mi pregunta final, “Sabiendo lo que sabes ahora, ¿qué consejo te darías a ti misma como nueva Directora ejecutiva?” 

“Me diría que es peor de lo que parece.” 

“¡Sí! A veces, tenemos miedo de ver lo mal que están las cosas, así que lo minimizamos para seguir adelante. ¿Cómo puedes responder efectivamente a un problema si realmente no lo ves?” 

“También diría que no hay lugar para la duda en un@ mism@. Es la fuente que alimenta los sistemas opresivos. Como líder y defensora natural, no puedo y no permitiré espacio para la duda en mí mism@.” 

“Soy experta en quién soy y en mis experiencias. Estamos salvando vidas aquí. Digo a l@s jóvenes líderes, ‘No escuches ni des espacio a la duda acerca de ti mism@. Nadie sabe tanto como tú sobre tu realidad.’”