A medida que la carrera presidencial de 2024 va tomando fuerza, también lo hacen las discusiones en la mesa del comedor y los debates acalorados sobre asuntos que nos tocan el corazón y la mente. Mientras las opiniones enfrentadas y los discursos apasionados toman nuestras pantallas y conversaciones, reflexionamos sobre cómo estos temas controversiales impactan a las personas que nos importan. Uno de esos asuntos críticos es la representación de las comunidades latinas y desatendidas en el gobierno y las universidades.
La representación importa. La gente confía y empodera a representantes que l@s entienden para hacer leyes y decisiones en su nombre. Para que l@s sobrevivientes latin@s de violencia de género sean escuchad@s, expresen sus quejas, y aboguen por políticas que reflejen nuestras necesidades es esencial contar con representantes en quienes podamos confiar y saber que realmente nos escuchan.
Las personas de color confían más en su gobierno y tienen más probabilidades de contactar a su representante cuando comparten la misma raza/etnicidad. Las mujeres jóvenes están más interesadas en la política cuando ven a otras mujeres postulándose para cargos. Para construir esta confianza y comunicación entre l@s congresistas y l@s constituyentes, es importante que l@s representantes se parezcan a las personas a quienes sirven.
Cuando solo el 3.6% de tod@s l@s miembros votantes del Congreso se identifican como latinas, mientras que las latinas constituyen el 9.3% de la población total de EE. UU., está claro que hay una brecha en la representación. La falta de confianza creada por esta desproporción se hizo evidente durante la pandemia de COVID-19, cuando altos niveles de desconfianza en el gobierno alimentaron la propagación de desinformación del virus en las comunidades latinas.
Para ayudar a cerrar esta brecha, la Cámara de representantes de EE. UU. creó una Oficina de diversidad e inclusión (ODI) en marzo de 2020. La ODI tiene como objetivo hacer que el Congreso refleje más la población, conectando candidat@s calificad@s con carreras en el Congreso y difundiendo la importancia de la representación. Desde su creación, la ODI ha ayudado a aproximadamente 2,678 buscador@s de empleo en total, 730 de l@s cuales buscaban iniciar carreras en el Congreso.
Aunque aplaudimos estos éxitos, el trabajo de la ODI de «poner al pueblo en la casa del pueblo» está lejos de terminar. A partir de 2022, mientras l@s latin@s constituyen el 18.4% de la población de EE. UU., solo el 5.8% del personal superior en la Cámara se identificó como latin@. Del mismo modo, las personas de color constituyeron solo el 18% del personal superior en la Cámara de representantes, mientras que comprendían el 41% de la población de EE. UU. en 2023.
Lamentablemente, a pesar de su papel crucial y la necesidad continua, la ODI enfrentó desafíos debido a la politización de las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (DEI). Los críticos argumentaron que los programas DEI eran excluyentes, lo que llevó a tensiones y debates dentro del Congreso. Como resultado, en medio de tensas negociaciones para financiar al gobierno y evitar un cierre parcial, la Cámara disolvió la ODI y la reemplazó con la Oficina de gestión de talento a partir del 22 de marzo de 2024.
Lamentablemente, las universidades y colegios están enfrentando desafíos similares. Estados como Florida, Texas y Utah han aprobado prohibiciones de los esfuerzos de DEI en la educación superior y oficinas públicas, cortando así programas destinados a aumentar el acceso a la educación para latin@s y otras comunidades desatendidas. A partir del 10 de abril, los programas DEI han sido prohibidos en cierta medida en diez estados.
Considerando que casi todos los miembros del 118.º Congreso tienen una licenciatura, y la mayoría también tiene un título de posgrado, la educación superior es crucial en la formación de futur@s líderes. Sin iniciativas de DEI, es posible que futur@s campeon@s para sobrevivientes latin@s no puedan pagar la universidad, ya que no se permite financiar fondos de diversidad y equidad para proporcionar becas.
La eliminación de los esfuerzos de DEI en el gobierno y la educación pone en riesgo el progreso de la comunidad latina hacia una representación proporcional. Este cambio no solo silencia las voces de l@s sobrevivientes de violencia de género, sino que también limita las oportunidades para l@s líderes latin@s emergentes. Abrazar la diversidad, la equidad, y la inclusión es crucial para una sociedad más inclusiva.