(Photo by Yusef Najafi)
Como parte de nuestra serie que destaca a las organizaciones miembros de National Latin@ Network, conozca a una organización que marca la diferencia en las vidas de l@s sobrevivientes. En esta conversación, hablamos con la gerente de programa de género y salud de La Clínica del Pueblo (LCDP), Dilcia Molina.
¿Qué le llevó al trabajo de violencia sexual y de apoyar a sobrevivientes?
Mi compromiso feminista de hacer algo cada dia para la erradicación (prevención y atención) de la violencia de genero. Me gusta este trabajo, me apasiona y lo he tomado como una responsabilidad ético-política feminista.
¿Qué hace actualmente en su posición para apoyar a sobrevivientes de violencia sexual?
Gerencio o administro un programa de Salud Integral para las Mujeres Latinas Inmigrantes dentro de una clínica comunitaria, donde trabajamos en la prevención y atención de Violencia Domestica, Sexual, Trafico Humano y matrimonios forzados. Desde este espacio proveemos servicio de Atención individual (Assesment and triage), grupos Psicoeducativos, navegaciones o acompañamientos en el sistema legal, medico, servicios sociales. Trabajamos con el modelo de promotoras de Salud (intercesoras) que son clientas que han pasado por un proceso de formación y resiliencia a través de la justicia sanadora y restaurativa. Desde una perspectiva de Salud Pública.
También hacemos concientización en la comunidad sobre la violencia de genero a través de charlas educativas (hemos creado dos currículos: una sobre violencia domestica y un otra sobre violencia sexual, los cuales fueron validados por la misma comunidad) Hemos creado alianzas estratégicas con otros proveedores de servicios culturalmente específicos a través de coaliciones y grupos de trabajo.
¿Cómo podemos apoyar a los seres queridos que han sido afectados por la violencia sexual?
A través de apoyo solidario y sororario, en las comunidades, creando espacios donde estas puedan recibir servicios lingüística y culturalmente apropiados, Creando conciencia en las comunidades para que la prevención de este problema de salud pública y de Derechos Humanos sea una responsabilidad de todos. (Justicia sanadoria-restaurativa, salud mental comunitaria)
¿Qué consejo les daría a los defensores que trabajan con sobrevivientes latin@s de violencia sexual durante la pandemia?
Que es importante no olvidarnos de nosotras mismas cuando trabajamos con el dolor humano de otras compañeras, y que es importante recuperar o retomar la forma en que nos hemos sanado ancestralmente, está allí solo nos queda la tarea de “redescubrir” lo que la colonización nos “castró”.
¿Cómo practica usted el bienestar y el autocuidado?
Poniendo atención al cuerpo a través de consciencia corporal y mental -emocional, visitas regulares al médico, ejercicios, comida saludable, tomar mucha agua y dormir bien.
Tratando de crear espacios seguros para vivir y convivir en la migración que nos segrega por ser comunidades BIPOC.
Manteniéndome en colectividad amorosa y de autocuidado con otras mujeres latinas de la comunidad (a través de una organización llamada: Madre Tierra). He retomado prácticas de autosanación y sanación en colectivos como: retiros, rituales con la Madre Tierra, terapia floral, yoga, zumba, meditación y movimiento inteligente y por supuesto consultas regulares a nuestros chamanes en América Latina (Mexico, Guate y Chile)