Celebrando a las madres y figuras maternas

Dependiendo del país latinoamericano de donde sea usted, el Día de las Madres este año puede haber caído en el 10, 12 o el 13 de mayo. Algunos países ni siquiera lo celebran en mayo, sino en distintos meses de otoño o invierno. En Esperanza United, nos sentimos orgullosas/os de nuestra representación de diferentes países latinoamericanos; por lo que decidimos publicar un blog especial con motivo del Día de las Madres, para expresar los sentimientos de nuestro personal sobre aquellas mujeres que en sus vidas proveyeron sustento, amor, compasión, dedicación, sacrificio y abnegación.

Isaac Hitz Graf, Asistente Administrativo y de Programa

Me siento tan agradecido y lleno de amor por las dos figuras maternas principales en mi vida, Marci y Jacquelyn.  En Marci puedo ver un hermoso balance entre una capacidad de decir sin reservas lo que piensa, junto a la humildad de reconocer que siempre hay mucho más que aprender. Ella mantiene a nuestra familia fuerte y unida, exhortándonos a mantener conversaciones abiertas y honestas. Jacquelyn siempre tiene sus dos oídos listos para escuchar, ya sea sobre problemas grandes y urgentes o con conversaciones sobre cosas sencillas y divertidas. Ella enseña la importancia de intencionalmente pasar tiempo estableciendo relaciones con las personas que queremos y amamos. ¡Feliz Día de las Madres para estas dos mujeres increíbles!

Rosario de la Torre, Co-Directora de Apoyo a las Familias y Participación Comunitaria

¡Por el Día de las Madres les quiero hablar sobre mi mamá! Tiene 81 años de edad, Joaquina Contreras, una mujer muy fuerte, que siempre ha sido el pilar de la familia. Todavía es muy activa y viaja mucho. Vive sola en su casita con sus recuerdos y fotos de todas/os nosotras/os; mi papá, sus 6 hijas/os, 3 yernos, 2 nueras y 21 nietas/os. Si tuvieras la oportunidad de conocerla verías que tiene tanto amor y luz en sus ojos. Ella es el tipo de mamá que te hace sentir en casa, que te ofrece “un taquito”, y te escucha sin juzgar y siempre tiene las palabras precisas para hacerte sentir mejor y llena de esperanza.

Es una de las personas más valientes que conozco. Presionó a mi papá para mudarse de un pueblo pequeño para la gran ciudad, para proveernos una vida mejor. Es una persona de integridad y sacrificio increíbles. Me ensenó a ser fuerte y persistente por la gente que amo.

Cuando nos reunimos me hace reír con sus “ocurrencias and chistes”. Para mis hijas/os y amigas/os ella es “abue Quina”.

María Cristina Pacheco Alacalá, Mánager de Proyectos

A mi querida madre le encanta besarnos, abrazarnos recordarnos lo mucho que nos ama. Siempre celebra nuestros logros y habla de lo orgullosa que está de sus hijos e hijas. Una mujer sencilla, inteligente, sensible y cariñosa. Vivo agradecida de tenerla como madre. ¡Feliz día de las madres! ¡Te amo mucho!

Paula Gomez Stordy, Directora Senior de Adiestramiento y Asistencia Técnica Nacional

Este Día de las Madres quiero celebrar y honrar a mi madre y a todas las madres inmigrantes que viajaron a nuevas tierras con costumbres diferentes, normas y lenguajes, por un futuro prometedor para ellas y sus familias. En búsqueda de nuevas oportunidades, experimentaron pérdida de familia, comunidad, idioma y, en algunos casos, identidad. Aún así, perseveraron y trataron de aprender un idioma y una cultura nuevos, establecieron nuevas relaciones y diligentemente trabajaron por el bienestar de sus hijas/os mientras seguían añorando y manteniendo a la familia que dejaron atrás.

Tal vez algunas madres inmigrantes han sido separadas de sus hijas/os debido a restricciones migratorias y desde la distancia se preocupan sobre el bienestar de sus hijas/os y el efecto que la distancia puede traer a su relación. Durante mis años de separación de mi madre, fui afortunada de recibir el amor y protección de mi abuelita, a quien sus hijas/os y nietas/os también conocíamos como ‘Mamá Inés’.

Cuando me pongo a reflexionar sobre la dificultad de mi propio parto y embarazo, reconozco que fui muy privilegiada de poder contar con mi familia, mis amigas/os; y las/os doctoras/es y enfermeras excelentes de la sala de cuidados neo-natales que me apoyaron a mí y a mi nuevo bebé. Me pongo a pensar en la experiencia del parto de mi madre como joven inmigrante que estaba pasando por un momento transformador en su vida, mientras estaba lejos de su hogar y su familia.

A pesar de los retos, mi madre aprendió una nueva cultura y un nuevo idioma, consiguió alcanzar sus metas y respaldó a otras mujeres y hombres inmigrantes en el transcurso de su propia travesía. Este ejemplo de fortaleza, amor y servicio me sirve de guía para seguir construyendo sobre el legado de mi madre inmigrante.

Patricia Tototzintle, Directora Ejecutiva

Cuando pienso en mi mamá, no puedo evitar sonreír y pensar cuánto la amé—y la amo…

Fui criada para ser fuerte, trabajar duro, ser respetuosa, dar lo mejor de mí y amar a la familia.

Ella era el tipo de madre que podía ser tan amorosa, secándome las lágrimas del rostro si alguien me había roto el corazón; pero también era el tipo de madre que no dejaba de decirte lo que tenía que decirte si sentía que habías sido irrespetuosa o habías actuado de una manera inapropiada (sí, recuerdo la vez que me desteñí el cabello con agua oxigenada cuando tenía 13 años, lo cual para mi mamá fue un gran desastre). No me quedaba bien el pelo desteñido, pero el hecho de que lo había hecho causó toda una escena.

Amé a mi madre. Ella trabajó tan duro para cuidar de nuestra familia. Mi papá contaba con ella para ocuparse de las responsabilidades de la casa y nosotras/os contábamos con ella para obtener su fuerza, entendimiento y amor por la familia. Viajábamos, los 8 (mi mamá, mi papá, y 6 hijas e hijos), al menos cada dos años, a California para pasar tiempo con la familia, las/os primos, tías y tíos. Vivir al lado de mi abuelita (la madre de mi papá) era tan especial. Mi mamá se aseguraba de que yo siempre fuera a la casa de al lado a visitar a mi abuelita. Me crié en una casa con raíces en la cultura mexicana y por ello me siento por siempre agradecida.

Es de mi mamá, Mary Evangeline (Arocha) Castor, que aprendí a ser una activista, una líder, miembro de la comunidad dispuesta a trabajar duro y a apoyar el liderazgo de otras personas.

Gracias mamá, por siempre haber sido mi roca; una joya, en realidad, que brilla ahora y siempre dentro de mí.

Patricia Celis González, Coordinadora de Contenido Bilingüe

Este Día de las Madres quiero dedicar un momento a reconocer y agradecer profundamente todas las madres que se encontraron teniendo que cuidar de sus hijas/os mientras trataban de sobrevivir una relación abusiva o estaban lidiando con los síntomas y secuelas post-abuso. Es sabido que una de las razones principales por las que las mujeres se quedan en relaciones abusivas es para proteger el bienestar de sus hijas/os. A menudo las madres deciden quedarse y enfrentar el abuso, en vez de ver a sus hijas/os lidiando con dificultades como un hogar deshecho, carencia de vivienda, la falta de recursos económicos o por miedo de que la persona abusiva le quite la custodia de sus hijas/os. El amor de una madre con frecuencia se vuelve una herramienta usada por la persona que maltrata, para abusar y controlar.

En condiciones ideales, ser madre, de por sí, es una gran y difícil tarea. Pero, sin dudas, la misma se vuelve mucho más difícil si todo tu ser se encuentra batallando para sobrevivir mientras con toda fuerza estás siendo empujado para caer en el abismo del abuso, mientras tratas de sostener a flote la vida de tus hijas/os.A ti e quiero decir: Gracias. Quiero decirte lo increíble que eres. Quiero pedirte que no seas muy dura contigo misma porque hiciste lo mejor que pudiste mientras estabas enfrentando situaciones nada ideales. Cuidaste de tus hijas/os a pesar del estrés severo en que estabas viviendo, no obstante los ataques de ansiedad (que ni siquiera sabías eran ataques de ansiedad); cuidaste de tus hijas/os escondiendo tus propias lágrimas y batallando miedos indescriptibles. Venciste muchos retos que te rodeaban e hiciste lo mejor que pudiste para brindar amor, sonrisas, sueños… por tus hijas/os. Entregaste lo mejor de ti cada día. Pusiste tu propia vida a un lado por la vida de tus hijas/os. Eres una gran madre, eres una increíble mujer. Y hoy rezo porque un día llegues a ver los frutos de tu ardiente trabajo. Mereces que se te haga tributo, mereces ser escuchada y mereces que se cuente tu historia. Tus manos sostienen el futuro. ¡Gracias!