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Por Zeenyace Flores
El Día de los Muertos tiene un significado especial este año en Minnesota: con el Covid 19 afectando desproporcionadamente a la comunidad latina, el asesinato de George Floyd, aún fresco en la memoria de la gente y el asesinato de una joven latina llamada Yadhira Romero Martines, sale a la luz el feminicidio, y la creciente violencia en la comunidad.
La década de 2020 ha sido una época difícil para la humanidad, especialmente aquí en Minneapolis, MN, donde la gente salió a la calle en apoyo de las vidas de los negros cuando un oficial del Departamento de la Policía de Minneapolis mató y asesinó al siempre memorable George Floyd, una experiencia que cambiaría para siempre la vida de los residentes de Minneapolis. Descargamos nuestra ira y frustración en los sistemas de la ciudad con la esperanza de que alguien reconociera nuestro dolor. Al mismo tiempo, recordamos el asesinato de Yadhira Romero Martines, una joven latina de 19 años asesinada por un conductor de Uber. La gente se reunió e inundó Lake St. y clamó por justicia para ella. En la niebla de todo este caos y trauma, tuvimos miles hospitalizados debido a complicaciones con el Covid-19. Muchos perdieron familiares debido a la falta de confianza en la medicina occidental y al acceso limitado a la atención médica.
Nuestra ofrenda en Waite House ha sido decorada con velas, flores de cempasúchil y fotografías de los difuntos. Estamos homenajeando a las personas que han pasado por el Covid 19 y la violencia. Este año se trata de honrar y mantener espacio para esos espíritus y crear un espacio para la curación.
Cuando reflexiono, veo que mi propia familia lucha con temas como la raza, la violencia y la atención médica. Al mismo tiempo, en el trabajo, hay un aumento de la violencia por falta de recursos, especialmente en Minneapolis. Entonces, ¿cómo lidiamos con todo este trauma? ¿Qué podemos hacer para reconocer las pérdidas que los residentes de Minneapolis han tenido que enfrentar durante estos últimos años?
El Día de los Muertos es una tradición que ha sobrevivido más allá de la colonización. Tiene profundas raíces aztecas que han podido seguir viviendo en nuestra comunidad indígena. La ceremonia azteca del Día de los Muertos espera la llegada de los seres queridos fallecidos que se unen a los vivos, y así reunir a familias de varias generaciones una vez más. Es una manera de honrar nuestras raíces y ancestros indígenas.
En la era posterior a la conquista, los sacerdotes españoles lo trasladaron para que coincidiera con la festividad cristiana de la víspera de Todos los Santos, lo que resultó en lo que ahora celebramos el 1 de noviembre.
Mi familia y yo hemos estado celebrando el Día de los Muertos durante seis años. Este año es diferente: tiene un significado más grande no solo para mi familia y para mí, sino también para nuestra comunidad en general, mientras tratamos de lidiar con el dolor de nuestras pérdidas.