Día internacional de la mujer en América Latina

Foto por @diapachecoo

Por Montserrat Castro Gomez

El 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer. Para algunos países es un día festivo y para otros es un movimiento revolucionario. Independientemente de los actos, protestas, celebraciones o conferencias que se organicen a nuestro alrededor, consideramos el 8 de marzo como un día para honrar a las mujeres y recordar tanto sus logros históricos como sus dolorosas pérdidas. 

En América Latina, el 8 de marzo -o como se le ha denominado en la región, «8M»- es un intenso día de protesta y denuncia contra la misoginia, la injusticia y el siempre acuciante tema de la desigualdad de género. En la última década, este día ha acumulado cada vez mayor impulso, a medida que más feministas exigen que sus necesidades y derechos sean atendidos por sus gobiernos. Los derechos reproductivos, la igualdad salarial y el feminicidio son los tres principales temas de protesta. 

Derechos reproductivos

Hoy en día, hay 69 países en el mundo en los que el aborto es legal, aunque las leyes varían en función del número de semanas de gestación que se permite a una mujer abortar, y algunos países en los que sólo está despenalizado pero sigue siendo mayoritariamente inaccesible. La lucha por el derecho al aborto en América Latina, llamada «marea verde», ha sido uno de los movimientos feministas más largos y organizados del mundo. Tomó impulso desde que Argentina legalizó el aborto en enero de 2021, convirtiéndose en el país de vanguardia en América Latina en materia de derechos reproductivos, hasta hace unas semanas. El 21 de febrero de 2022, la Corte Constitucional de Colombia despenalizó el aborto y lo declaró legal hasta la semana 24 de gestación, el período más largo de América Latina.

Igualdad salarial

En la otra cara de la moneda, sin doble sentido, la igualdad salarial sigue sin ser una realidad. Según el Informe sobre la Brecha Global de Género del Foro Económico Mundial, el tiempo necesario para cerrar la brecha global de género ha aumentado en una generación, pasando de 99,5 a 135,6 años. En la mayoría de los países, las mujeres siguen encontrándose con la discriminación y la desigualdad salarial en el lugar de trabajo. A pesar de los continuos esfuerzos por cerrar la brecha, en países como, en países como Estados Unidos, una mujer cobra 0,82 centavos por cada dólar que reciben los hombres blancos (blog del Ministerio de Trabajo). Además, y una vez que consideramos la interseccionalidad de género, raza y clase, las mujeres latinas sólo ganan 57 centavos por cada dólar de un hombre blanco, que equivale a 28.911 dólares menos por un año de trabajo a tiempo completo (IPWR).

Feminicidios

Los feminicidios en la región y en el resto del mundo son una realidad trágica y cotidiana. A principios de 2020, 10 mujeres morían cada día en México por feminicidio, lo que provocó que millones de mujeres se movilizaran en una jornada histórica llamada «Un día sin nosotras«, al día siguiente del Día Internacional de la Mujer, el 9 de marzo de 2020. Decenas de miles de mujeres desaparecieron de las calles, oficinas y aulas. Esta ausencia de los espacios públicos pretendía ser un recordatorio de que todos los días las mujeres son asesinadas y desaparecen para siempre. Congelaron 40.000 millones de pesos de la economía del país (New York Times).

El 8M es un día para considerar, y tal vez incluso celebrar, nuestros logros, pero de ninguna manera es un día feliz. No es un día para felicitar a las mujeres. Es un día para reconocer las graves desigualdades a las que nos enfrentamos diariamente las mujeres en contra de nuestros deseos más dolorosamente evidentes. Un día para honrar a nuestras hermanas sufragistas, a las activistas, a las teóricas y a los colectivos feministas que encuentran la fuerza para organizarse frente a la injusticia. Un día para continuar la lucha y recordar que aún estamos muy lejos de un sistema social justo. Sobre todo, sigue siendo un día como cualquier otro.