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Construcción de evidencia
¿Por qué se evalúa un programa?
Saber si su programa está marchando de acuerdo a lo planificado, si necesita mejorar o necesita adaptaciones no es asunto sencillo. De la misma manera que en una receta para preparar un plato debe incluirse la lista de ingredientes necesarios y los pasos que se deben seguir; igualmente a la hora de evaluar un programa, documentar de forma escrita su trabajo va a permitirle ver si los “ingredientes y pasos” funcionan de manera efectiva, y si es necesario mejorarlos o adaptarlos. Sin embargo, a diferencia de una receta, evaluar le permitirá entender si el programa está siendo efectivo, sus fortalezas y debilidades, si es costeable, las oportunidades que existen de expandirlo, o si se necesita eliminarlo del todo o cambiarlo por otro. Toda esta información es importante a la hora de solicitar nuevo financiamiento o renovar los fondos que ya recibe.
¿Qué objetivo tiene evaluar mi programa?
Las razones para llevar a cabo una evaluación pueden ser diversas e incluir tanto factores internos como factores externos. Cuando planeas llevar a cabo la evaluación de un programa es importante tener claramente identificada las razones por las cuales vas a recoger información acerca del programa. Esto te servirá para decidir tus actividades de evaluación. En la tabla.1 encontrarás una serie de preguntas que te servirán de guía para poder identificar el propósito de llevar a cabo la evaluación de tu programa.
Comprender el propósito de evaluar su programa reduce a unas cuantas preguntas claves. Es posible que evalúe si su programa está funcionando bien, si cuesta más de lo que debería o cómo está afectando a las personas a las que intenta ayudar. El impulso para iniciar esta evaluación puede venir de las personas que financian su programa, de los líderes de la comunidad o de los propios miembros de su equipo que quieren asegurarse de que el programa va por buen camino.
Una vez que tengas los resultados de la evaluación, los responsables del programa, las personas que lo financian y los líderes de la comunidad utilizarán esta información. Puede que la necesiten para decidir si mantienen el programa, para asegurarse de que el dinero se utiliza correctamente o para ayudar a todos los involucrados a hacer un mejor trabajo. En resumen, estás averiguando si tu programa es útil, si está llegando a las personas adecuadas y si es algo que debería seguir funcionando o necesita algunos cambios importantes.
¿A quiénes debo incluir en mi evaluación?
Otro elemento esencial en la evaluación es involucrar a otras personas que puedan apoyar su proceso evaluativo. Comúnmente nos referimos a estas como partes interesadas. Pueden ser miembros de su comunidad, de su organización o personas con vínculos con las comunidades a las que sirve.
Las partes interesadas varían desde el personal interno y miembros de la junta directiva hasta líderes comunitari@s, participantes del programa y figuras externas, como financiador@s, responsables de políticas y legislador@s. Cada grupo aporta una combinación única de activos (información, visión, experiencia, contexto, recursos, y conexiones influyentes) que pueden enriquecer significativamente el proceso evaluativo.
Para aprovechar estas fortalezas de manera efectiva, sugerimos un enfoque personalizado, que asigne roles claros dentro del proyecto, desde la planificación y desarrollo hasta la retroalimentación contínua a lo largo del ciclo de vida de la evaluación. Las partes interesadas pueden contribuir en todas las etapas, desde el inicio del plan de evaluación hasta la recolección y análisis de datos, y la difusión de los resultados.
Al comunicarse con estas personas o grupos, considere el método más estratégico de invitación y reclutamiento, que tenga en cuenta su disponibilidad de tiempo y recursos, así como su utilidad potencial para el proceso evaluativo.